Feria de Santo Tomás en Donostia-San Sebastián
¿Quieres vivir una fiesta auténtica y autóctona en tu próxima visita a San Sebastián? Anota este día en tu agenda: 21 de diciembre. No importa el año, pero sí la fecha.
¿Por qué? Porque ese día se celebra la Feria de Santo Tomás, una de las más queridas y emblemáticas de San Sebastián, además de ser una de las más auténticas, junto con el Día de San Sebastián, que tiene lugar el 20 de enero.
¿Qué hace a esta feria tan especial y por qué, sin ser un día festivo en el calendario, pareciera que la ciudad se detiene para celebrar este día?
Aquí vas a encontrar muchas respuestas si preguntas a los donostiarras, pero desde Free Walking Tour San Sebastian te diremos que es una mezcla entre: fiesta propia, vuelta a los orígenes y gastronomía.
Y es que es un día en el que la mayoría de las personas visten los trajes regionales, lo que hace que la ciudad ya tenga otro color, pero en la que, además del tradicional mercado de productos de nuestros caseríos, San Sebastián sabe a chistorra y sidra.
Sigue leyendo para conocer los pormenores de esta fiesta que, no solo es una oportunidad para disfrutar de la gastronomía y el ambiente festivo, sino también para conocer la historia y la identidad de la localidad.
Historia y origen de la feria de Santo Tomás
Para conocer la historia de la Feria de Santo Tomás nos tenemos que remontar hasta el siglo XIX, cuando los agricultores («baserritarrak» en euskera) de las cercanías de San Sebastián, venían a la ciudad a vender los productos cultivados o producidos en sus caseríos, antes de la Navidad.
Y lo hacían ataviados con trajes tradicionales vascos, con sus carretas cargadas de productos frescos, desde verduras y frutas hasta carnes y embutidos, entre otros.
Desde entonces, la feria ha ido evolucionando y creciendo con el paso de los años, hasta convertirse en lo que es hoy: un gran encuentro para celebrar y que gusta por igual a mayores que a pequeños, porque todo el mundo tiene cabida en esta fiesta.
La Feria de Santo Tomás en la actualidad
Hoy en día, la Feria de Santo Tomás sigue manteniendo ese espíritu de conexión entre nuestros caseríos y la ciudad.
Sin embargo, aunque la venta de productos sigue siendo una parte importante del evento, la feria ha crecido para incluir una gran variedad de actividades y espectáculos que celebran la cultura y las tradiciones vascas.
Uno de los puntos principales de la misma es la Plaza de la Constitución y sus alrededores, situada en la Parte Vieja de la ciudad. La misma se llena de puestos de productos locales, así como puestos de colegios y asociaciones en las que se venden, principalmente, pintxos y bocadillos de chistorra, junto con la sidra.
Algunos de esos puestos también incluyen otros productos como queso o rosquillas. Todo con el objetivo de, no solo dar vida a la fiesta, sino sacar un rendimiento económico que luego destinarán a diferentes fines, algunos lúdicos y otros solidarios.
En todos los puestos, tanto los de los caseros como el resto, verás a personas vestidas con la indumentaria tradicional de caseros y baserritarras, que aporta al evento un ambiente único y auténtico.
Además, en el centro de la mencionada plaza, todos los años vas a encontrar una cerda de gran tamaño, símbolo de la fiesta.
Otro de los puntos es la Plaza Gipuzkoa, donde además de puestos de comida, también encontrarás la feria de artesanía, sin olvidar que es la ocasión perfecta para visitar el belén que, cada año, la Asociación de Belenistas coloca en la mencionada plaza.
Los talogiles o elaboradores de talos
Además de los pintxos de txistorra y de queso, uno de los productos típicos de este día es el talo. Una torta elaborada con harina de maíz, que se elabora de manera manual y se cocina a la plancha y suele servirse con una sabrosa chistorra, aunque también se puede disfrutar con otros ingredientes, como queso, bacon o chocolate para los más golosos.
Esos talos son elaborados por los talogiles (en euskara, persona que elabora el talo). Por lo general, suelen ser mujeres, aunque cada vez es más habitual ver hombres.
Durante la feria, los puestos de talogiles son el centro de atención, ya que tanto locales como visitantes hacen cola para probar esta delicia. Los talos se preparan al momento y se disfrutan calientes, lo que los convierte en la opción perfecta para combatir el frío de diciembre. Además, los talogiles representan esa conexión con la cultura rural vasca, ya que el talo era tradicionalmente un alimento básico en los caseríos.
Actividades infantiles
La Feria de Santo Tomás no solo es un evento para los adultos; los niños también tienen su espacio en esta celebración. Las actividades infantiles incluyen talleres de artesanía, juegos tradicionales y actividades educativas que permiten a los más pequeños conocer las tradiciones vascas de una manera divertida.
Uno de los grandes atractivos para las familias son los animales de granja que se exhiben en la feria, como ovejas, cabras y bueyes, lo que permite a los niños interactuar con ellos y aprender sobre la vida en los caseríos.
Otra actividad destacada es el concurso de hortalizas y frutas, donde los más jóvenes pueden ver de cerca los productos frescos y entender el valor de la agricultura local. Estos espacios educativos ayudan a transmitir el amor por la tierra y la cultura vasca a las nuevas generaciones, convirtiendo la Feria de Santo Tomás en un evento familiar y enriquecedor para todos.
Te esperamos en el próximo Santo Tomás
Como ves, la Feria de Santo Tomás es mucho más que una celebración popular; es una ventana abierta a las raíces de San Sebastián y la cultura vasca. Con su rica historia, sus sabores únicos como los talogiles y sus actividades para toda la familia, esta feria se ha ganado un lugar especial en el corazón de los donostiarras y visitantes.
Si tienes la oportunidad de asistir, no te pierdas esta experiencia que combina tradición, gastronomía y diversión en uno de los eventos más auténticos de la ciudad.